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Nuestro patio de

Girasoles

 

Fue un trabajo intenso y feliz. Mirando las fotos nos damos cuenta de ese proceso de construcción compartido. Primero hubo que limpiar la pared: con lavandina, cepillos y escobas fuimos liberándola de los hongos y de la suciedad que se habían acumulado con el paso del tiempo. En el aula habíamos estado discutiendo varias ideas sobre el diseño, podían ser ventanas que se habrían a distintos paisajes…o algo más sencillo: unos enormes girasoles que iluminaran ese espacio olvidado, al que nadie iba: el patio interno de nuestro Instituto Superior de Formación Docente. Rápidamente, sobre una foto de la pared del fondo, surgió el boceto. Había varias razones para que los girasoles estuvieran ahí. En principio, un homenaje lateral al artista que hizo famosas estas flores que giran con el sol: el apasionado y comprometido Vincent Van Gogh. Lo habíamos relacionado por sus convicciones ideológicas con el poeta César Vallejo, otro artista protector de los derechos del hombre, autor de los talentosos “Poemas humanos”. Ambos realizan una encendida defensa de los humildes, como en el caso de los campesinos de la famosa pintura de Vincent: “Los comedores de papas”. El humanismo expresionista del pintor se ligaba perfectamente con el poeta vanguardista que luchaba a través de la palabra en contra de la explotación del hombre por el hombre. Por otra parte, los girasoles además representaban nuestros campos infinitos, nuestra verde y rica tierra, el hogar de nacimiento y crianza y a nuestros ancestros: los originarios y los que llegaron en los barcos. Y finalmente, los girasoles también son fractales naturales, un concepto con el cual estoy trabajando en mis pinturas. Los fractales constituyen una idea unificadora, holística,  ya que están presentes en toda la estructura de nuestro universo: pertenecen a la geometría sagrada, al número de oro. Representan un patrón que se reproduce por autosemejanza: nuestro ADN, un copo de nieve, una flor, una montaña, la Galaxia Andrómeda constituyen fractales.

Rápidamente tracé con carbonillas y luego con pintura (se aproximaba la tormenta) el diseño directamente sobre la pared. Los estudiantes de segundo y tercer año del Profesorado de Lengua esperaban ansiosos. Luego se nos unirían las chicas de Tercero Inicial. Y una multitud de curiosos. Empezamos con el cielo, de un turquesa refrescante. Esta primera etapa coincidió con la Feria de las Oportunidades, aprovechamos ese evento para invitar a participar a todo el colectivo docente: estudiantes de otras instituciones, profesores, autoridades, visitantes. Y seguimos tres semanas más: los girasoles fueron creciendo por todo el patio y sus pétalos amarillos dieron vida a un espacio que era necesario habitar. Todavía no está terminado, quedan detalles como las semillas (que serán multicolores) para el año que viene.

           

Pero el patio ya ha cambiado sustancialmente. Con gran alegría vemos hoy que las puertas están abiertas, que los estudiantes ahora ya se apropian de un espacio que siempre les había pertenecido pero que nunca se habían atrevido a ocupar. Un espacio de convivencia, recuperado por el trabajo colectivo y comunitario, un espacio de goce y de creatividad, de esfuerzo conjunto.

            Gracias a la directora Verónica Basabe por confiar en nosotros para realizar este proyecto, a la regente Gabriela Mariotto por su colaboración para contar con los materiales necesarios y por atreverse a dar unas pinceladas también. A los preceptores y bibliotecarias, a todos los compañeros auxiliares que colaboraron para asistirnos con baldes y escobas. A todos los profesores de Lengua que intervinieron o cedieron sus horas, a todos los que nos alcanzaron algún mate o nos alentaron con sus comentarios. Y especialmente a los estudiantes que hicieron propio este proyecto y lo llevaron adelante con alegría y perseverancia, poniéndole el cuerpo y el alma.

            Y continuaremos el año próximo, habitando nuestro Patio de los Girasoles, ampliando nuestras posibilidades de compartir y sentir que formamos parte de una maravillosa comunidad.

 

                        Profesora María Ruiseñor y estudiantes de los Profesorados de Lengua y Literatura y de Educación Inicial.

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