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Un científico "chanta" por Darío García

 En 1859 Charles Darwin dio a conocer su idea, fruto de investigaciones, que causó un gran revuelo en toda la comunidad científica: su famosa teoría sobre la evolución, aún hoy, el imaginario popular, hace que muchos tengan la idea equivocada de que el hombre desciende del mono. (Por favor, no piensen: ¿Ah, no es así?... ¡NO!)Piensen… No podrían existir humanos y monos al mismo tiempo si uno descendiera del otro, así de simple. Lo que sí sabemos es que tenemos antepasados comunes, que no es lo mismo.Desde la propuesta darwiniana todo el mundo se puso a buscar ese 'eslabón perdido' entre el simio y el hombre, es decir el punto (o sea la especie) donde se bifurca el “árbol genealógico”, por así decirlo.

En realidad todavía se sigue buscando, nadie lo encontró, pero un geólogo aficionado llamado Charles Dawson decidió inventarlo, tomó un cráneo humano y lo talló con mucho esmero hasta darle una apariencia simiesca, presentando su producto a la comunidad científica y alegando haberlo desenterrado de un pozo de pedruscos en Piltdown Common, en Inglaterra. Por supuesto, se llamó “El hombre de Piltdown”.Todo sea por la fama…Finalmente se descubrió el fraude, el Dr. Weiner de la Universidad de Oxford lo hizo y el famoso Hombre de Piltdown, que fue el descubrimiento científico más increíble del siglo XIX, volvió definitivamente a su sepultura.¿Un fraude de la ciencia? No. Sólo un científico fraudulento…

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